En los últimos años se ha puesto muy de moda el término “nómada digital” para referirse a los profesionales que aprovechan la tecnología para ganarse la vida de forma deslocalizada, sin horario laboral ni oficina, es decir, utilizando su ordenador portátil y una conexión a Internet como sus dos únicas herramientas.
La pregunta es: ¿existe el negocio en el que puedes elegir tu sueldo, tu horario y tus vacaciones? ¡Por supuesto que existe, y mucha gente ya está viviendo la vida con la que siempre ha soñado!

1. El nómada digital
Hoy en día, muchos jóvenes ya no quieren ser astronautas, médicos o arquitectos, sino que sueñan con ser nómadas digitales. Hasta aquí ha llegado este gran cambio de paradigma, ¿qué te parece?
Dejar atrás tu empleo y crear un negocio de seis cifras desde una hamaca en la playa de Copacabana, facturar más de 100.000 euros al año mientras te das un rulo en Land Rover por Kenia o gestionar tu empresa mientras escalas ochomiles en el Himalaya.
Esto es lo que mola hoy, ser nómada digital.
Te pongo un ejemplo para que veas lo que quiero decir:
Lástima que estos eslóganes no sean siempre ciertos.
Campañas de marketing centradas en el fin y no en cómo vamos a alcanzarlo.
Eslóganes para vender humo.
Sin embargo… sí hay sectores en los que ser un nómada digital es posible.
El negocio de las subastas judiciales es un buen ejemplo de que SÍ que es posible trabajar como nómada digital: desde cualquier lugar del mundo, sin un jefe al que darle explicaciones, con el horario que nosotros escojamos…
La mejor prueba que puedo ofrecerte es que, en el curso de subastas de TOPsubastas, he mostrado a los alumnos cómo investigar todo tipo de subastas desde cualquier lugar de España: por extensión, y gracias a Internet, esto puedo aplicarse a cualquier parte del mundo.
¿Qué necesitas para participar en subastas como nómada digital?
Solo hace falta un ordenador portátil, una conexión a Internet y un teléfono.

¿Cómo se ha dado este cambio? Gracias a la implantación de las subastas judiciales electrónicas se han eliminado las barreras físicas: hoy, podemos invertir por toda la geografía española desde cualquier lugar.
Esto no es algo que te cuente aquí, en el blog, sino que puedes comprobarlo en muchos de los vídeos del curso de subastas con ejemplos reales e inversiones desde la otra punta del país: el negocio de las subastas judiciales ha dejado de ser local. Si quieres hacer pasta gansa, tienes que expandir tu mente y empezar a aprovechar todas las oportunidades que te ofrece la tecnología.

¿Quieres triunfar en las subastas judiciales? Estupendo, ese es un objetivo más que posible.
Pero ¡ojo!, que nadie se equivoque, que investigar una subasta no es moco de pavo… Claro que hay grandes oportunidades en el sector para ganarnos la vida como nómadas digitales, pero las cosas como son:
Las subastas no se investigan solas mientras surfeamos en Hawái.
Primero, hay que saber hacerlo.
Y, segundo, hay que hacerlo.
Quizá lo que te digo ahora no es tan popular ni llamativo, pero, por mucho que se adorne, el trabajo sigue siendo trabajo y requiere menos postureo subiendo fotos a Instagram desde las playas de Bali y más concentración y sentido común. Luego, ya habrá tiempo para pegarnos ese bañito o darnos ese voltio con el que fardar en las redes sociales.
La investigación de toda subasta consiste en averiguar una serie de cuestiones y dar respuesta a los interrogantes que se planteen. ¿Quieres hacerlo en plan nómada digital? Vale, simplemente tendrás que aprender a hacerlo a distancia. Solo entonces podrás ser un nómada digital “real” que se dedica al negocio de las subastas judiciales.
No se me ocurre mejor ejemplo sobre conciliar vida personal y profesional que organizarnos el trabajo a nuestro gusto: así podremos ser más productivos; así podremos vivir y trabajar como siempre habíamos deseado.
De igual modo, no hay que confundir el término nómada digital con el concepto de libertad financiera. De eso va la segunda parte de este artículo, y paso a explicártelo.
2. La libertad financiera

La LIBERTAD FINANCIERA es la capacidad de un individuo de cubrir todas sus necesidades económicas sin que para ello tenga que realizar ningún tipo de actividad. Aunque los vídeos motivacionales que te comentaba antes lo plantean como un concepto de hoy para mañana, en realidad, no tiene (ni puede) ser el objetivo del trabajo a corto plazo, aunque sí puede serlo para el día de mañana, cuando nos vamos haciendo mayores y queremos abandonar la actividad económica para sustituirla por una vida de ocio.
Tras casi tres décadas como subastero profesional, yo podría vivir de los ingresos pasivos sin tener que trabajar más durante el resto de mi vida, ¿sabes? Pero lo cierto es que no me da la gana retirarme todavía a mi isla del Caribe…
Si las subastas siguieran siendo presenciales, lo haría sin pensármelo dos veces. Pero hoy se acabó aquello de sudar la camiseta para conseguir una buena inversión: ¡ahora todo lo que necesitas para trabajar es un smartphone! Estaría muy loco si me retirará a ver culebrones venezolanos y desaprovechara los mejores años para las inversiones inmobiliarias que estamos viviendo (y los que se avecinan). Por ahora, pasar de una vida activa, aunque cómoda, a otra de barrigón y cerveza no está en mi cabeza. De momento.
En la actualidad, prefiero entender la libertad financiera como un término que hace referencia más a la riqueza en tiempo libre: trabajando poco y cómodamente que a la riqueza en dinero. Teniendo cuanto más dinero mejor, por supuesto, y disponiendo de ingresos suficientes para cubrir un nivel de vida alto.
Ahora las subastas judiciales se viven como nómadas digitales: participando en subastas mientras esquiamos en Colorado, como hicimos a principios del año pasado, o mientras nos bañamos en las frías aguas del Cantábrico, como hemos hecho en familia este verano desde el paraíso asturiano, donde por cierto me encuentro ahora mismo disfrutando de mis últimos días de vacaciones.
Estos días ya no estamos investigando nuevas subastas, pero este verano lo hemos hecho sin problemas en Asturias desde mediados de julio: investigar y participar, ambas cosas, sin ningún problema; incluso hemos obtenido posesiones judiciales sin que fuera necesaria nuestra presencia.
Y también hemos realizado una compra notarial.
Y dos ventas notariales.
Y todo sin salir del paraíso asturiano.
De hecho, a principios de este año, participamos desde EE. UU. en la mejor subasta judicial que hemos tenido este año.
Solo hay que saber organizarse.
Y apostar fuerte por el trabajo como nómada digital.
Y no ser un adicto al trabajo.

Confieso que, en mi caso, esto de vivir bien y trabajar poco tampoco es ninguna novedad desde el otoño de 1991, cuando dejé de navegar por esos mares de Dios y me inicié en mi actual actividad como inversor inmobiliario que canaliza sus inversiones mediante subastas judiciales.
No es que la de subastero sea una profesión para vagos, pero lo cierto es que el trabajo en este negocio nunca ha sido muy exigente. Ni antes, cuando las subastas eran presenciales, ni mucho menos ahora que son subastas electrónicas: prueba de ello es que, durante mis primeros años como subastero, tuve tiempo de sobra para estudiar una segunda carrera universitaria. O sea, que, desde siempre, entre mis amigos he tenido fama de vivir muy bien y de trabajar más bien poco.
De hecho, hace unas semanas mi propia madre me sorprendió diciéndome que yo no había dado un palo al agua en toda mi vida.
—A ver, mamá, que tampoco me he tocado las narices. Las cosas no me han llovido del cielo.
—Lo que es trabajar, no has trabajado en la vida.
¡Glup!
Y, pensándolo bien, si me comparo con amigos que tienen ingresos muy inferiores a los míos y que llegan a casa a las nueve de la noche, lo cierto es que va a ser verdad eso que dice mi madre.
Así que, en resumen…
¿Existe el negocio en el que puedes elegir tu sueldo, tu horario y tus vacaciones?
Desde luego que sí.
Ese negocio mágico que te permite elegir sueldo, horario y vacaciones y convertirte en un nómada digital “real” es el negocio de las subastas judiciales. O para ser más preciso, el negocio de las inversiones inmobiliarias canalizadas mediante las subastas judiciales.
3. ¿Quieres alcanzar la libertad financiera? ¿Aspiras a ser un nómada digital? apúntate al curso online TOPsubastas
En febrero de 2017, lancé mi curso online de subastas. Hoy, TOPsubastas es la mejor escuela de subastas en línea, con una gran comunidad detrás y decenas de profesionales que ya invierten y han conseguido la libertad financiera que tanto deseaban gracias a las inversiones inmobiliarias.
Si tienes interés en conocer más sobre mi forma de vivir y generar ingresos pasivos a través de las inversiones inmobiliarias, te invito a que visites la escuela de subastas (siguiendo el enlace de más arriba) y te apuntes al único curso que te enseñará a invertir y a conseguir la mayor rentabilidad en tus negocios.
En el siguiente enlace, una descripción completa del curso TOPsubastas.
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Créeme, formarte conmigo es la única vía seria y razonable de asegurarte que vas a triunfar en el negocio de las subastas.
Hay algo muy cierto en esos vídeos motivacionales como el que te he enseñado al principio del post; un mensaje recurrente que podéis ver en el vídeo que os enlazaba más arriba:
Si no trabajas en tus sueños, alguien va a contratarte para que trabajes en los suyos.
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Soy Héctor Arderíus, pero todos me conocen como Tristán el Subastero.
