
Ya te lo he explicado alguna vez, ¿verdad? Yo soy la prueba de que es posible alcanzar la libertad financiera invirtiendo en las subastas. Cuando comencé a invertir profesionalmente en las subastas, en otoño de 1991, mi patrimonio se limitaba a una casa (hipotecada) que había comprado unos años antes a través de una subasta y a una línea de crédito con el Banesto.
Tras algunos fallos que me sirvieron para poner los pies en la tierra, hice mi primera compra profesional en otoño. Visto el éxito de aquella primera incursión, puse en venta mi propia casa para utilizar la diferencia —una vez descontado el importe del crédito hipotecario— en nuevas inversiones y empezar a vivir del negocio.
¿Mi objetivo? Mi objetivo era mucho más ambicioso que ir viviendo del negocio de las subastas. Todavía no se había inventado el término, pero lo que yo buscaba desde el principio era LIBERTAD FINANCIERA.
Soy Héctor Arderíus, pero todos me conocen como Tristán el Subastero.
1. ¿Qué es la libertad financiera?
La libertad financiera es la capacidad que tiene una persona de cubrir todas sus necesidades económicas sin realizar ninguna actividad. ¿Cómo se consigue algo así? Con un sistema de ingresos pasivos que te permite recibir ingresos recurrentes sin dar palo al agua.
Para ello, hay que llegar al punto en el que tenemos suficientes ingresos como para no tener que preocuparnos más del dinero y, una vez ahí, debemos conseguir que esos ingresos —que todavía dependen de nuestro tiempo de trabajo y esfuerzo— se conviertan en ingresos pasivos, que ya no dependen de nuestra presencia física ni de nuestro trabajo diario, sino que nos llueven como del cielo, mes a mes.
Simplemente porque nos los merecemos.
Y nosotros, mientras, en el Caribe.
Es importante recalcar varias cuestiones sobre la libertad financiera:
- Una persona que posee libertad financiera no tiene por qué tener un nivel elevado de ingresos, pero sí un nivel elevado de tiempo libre: el término hace referencia a la riqueza en tiempo y no a la riqueza en dinero.
- Es imprescindible que los ingresos pasivos sean suficientes para cubrir todas sus necesidades económicas. Si su nivel de vida es muy alto, deberá montárselo muy bien para tener muchos ingresos pasivos; si se trata de una persona austera, bastará con un montar un sistema sencillo que cubra sus necesidades.
Es decir, que la libertad financiera no es vivir fantásticamente y a todo tren mientras hacemos nuestras inversiones en subastas. Tampoco se trata de invertir en subastas del BOE y en gastarnos alegremente todo el dinero que éstas inversiones en las subastas nos hacen ganar. No, nada de eso. Las inversiones y subastas son el camino hacia la libertad financiera. Pero tan solo eso, el camino. Cuando se ha alcanzado la libertad financiera ya no es necesario invertir en subastas porque los ingresos recurrentes que las buenas inversiones llevadas a cabo nos proporcionan pueden sostener nuestro tren de vida hasta el fin de los tiempos. Esa es la verdadera libertad financiera, el tocamiento de huevos «ad infinitum».
En cualquier caso, es imposible profundizar en el término de la libertad financiera sin mencionar a Robert Kiyosaki, inversor inmobiliario multimillonario y súper-escritor de bestsellers, que fue quien acuñó el término.
2. Robert Kiyosaki: Padre rico, padre pobre

Mentiría si dijera que decidí dedicarme al negocio inmobiliario y a invertir en subastas bajo la influencia de este hombre, porque lo cierto es que cuando leí su inspirador libro (Padre rico, padre pobre) llevaba más de doce años viviendo de este negocio.
Pero sí puedo afirmar con rotundidad que la lectura del libro, en agosto de 2004, me resultó impactante: había descubierto a mi alma gemela.
¿Por qué?
Porque Robert Kiyosaki abogaba en este libro por conseguir la libertad financiera a través de la inversión en inmuebles, mencionando expresamente las inversiones en subastas.
Según Kiyosaki, la riqueza se mide a través del número de días que el ingreso de tus activos puede mantenerte sin trabajar, y la libertad financiera se logra cuando el ingreso mensual por tus activos excede tus gastos mensuales sin que sea necesario ejercer ningún trabajo para conseguir estos.
En otras palabras, conseguir que sea nuestro dinero quien trabaje para nosotros y no al revés.
3. «No compre lujos hasta que haya adquirido los activos necesarios para permitírselo»
Un gran ejemplo de lo que enseña este libro lo encontramos en uno de los mantras de Kiyosaki, que dice: cuando recibe un ingreso de equis dinero, el ciudadano medio le asigna un capricho que pueda cubrir con ese dinero y se gasta la pasta de inmediato. Eso es lo que haría el padre pobre.
En cambio, el cuadrante de la población destinado a subir a los peldaños más altos de la riqueza no se gastará ese dinero en satisfacer el primer capricho que se le ocurra, sino que invertirá de la forma más racional posible para poder darse, no un único capricho, sino un montón de caprichos venideros con el fruto de los beneficios de la inversión realizada. Eso es lo que haría el padre rico.
4. ¿Y qué tiene que ver Robert Kiyosaki y la libertad financiera con las inversiones inmobiliarias y con las subastas judiciales?
Hay que decir que aparte de haber publicado un montón de libros sobre la educación financiera y de haber acuñado términos que, actualmente, se estudian en las escuelas de negocio de todo el mundo, Robert Kiyosaki se ha hecho multimillonario con sus propias inversiones inmobiliarias.
Este señor escribe sobre algo que domina: las inversiones inmobiliarias. Y no solo eso, sino que, ya en los ochenta y en los noventa, su principal herramienta de inversión inmobiliaria eran las subastas inmobiliarias, negocio que en EEUU está mucho más desarrollado que en España y que, desde luego, tiene mejor imagen que aquí. Algo que puede comprobarse con la última moda en programas de TV sobre el increíble negocio de los flippers (house flipping).
Como podéis suponer la lectura de Padre rico, padre pobre me produjo un fuerte impacto.
Realmente es un libro inspirador.
5. Y al grano, ¿es realmente posible alcanzar en España la libertad financiera invirtiendo en el negocio de las subastas judiciales?
Por supuesto.
Si bien es cierto que, en España, las subastas son un campo de minas en el que cualquiera que no esté debidamente formado se puede pegar la leche de su vida creyendo que está comprando el mayor chollo del siglo, este peligro de ruina es lo que hace que los pocos que nos movemos bien en las subastas estemos comprando a precios increíbles, sin correr ningún peligro y sin la competencia que tendríamos si fuera tan sencillo como en otros países.
Y, curiosamente, las cosas que hay que saber y las precauciones que hay que tener en cuenta para triunfar en las subastas, no son nada del otro mundo. ¡Basta con algo de formación y mucho sentido común!
Hoy, además, gracias a las subastas judiciales electrónicas es mucho más sencillo que antes participar en las subastas. Lo puede hacer cualquiera desde su teléfono mientras ve la última peli de Clint Eastwood. Pero que sea más sencillo, no quiere decir que sea menos arriesgado: por eso, lo primero que hay que hacer es formarse.
6. ¿Quieres alcanzar la libertad financiera? apúntate al curso online TOPsubastas
En febrero de 2017, lancé mi curso online de subastas. Hoy, TOPsubastas es la mejor escuela de subastas en línea, con una gran comunidad detrás y decenas de profesionales que ya invierten y han conseguido la libertad financiera que tanto deseaban gracias a las inversiones inmobiliarias.
Si tienes interés en conocer más sobre mi forma de vivir y generar ingresos pasivos a través de las inversiones inmobiliarias, te invito a que visites la escuela de subastas (siguiendo el enlace de más arriba) y te apuntes al único curso que te enseñará a invertir y a conseguir la mayor rentabilidad en tus negocios.
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7. Y a continuación, mi webinar del 15 de febrero (de 2017)
Este ha sido el primer webinar que he organizado, y fue la caña.
Durante la primera parte, hablé sobre por qué alcanzar la libertad financiera invirtiendo nuestros ahorros en las subastas judiciales. Y el resto del tiempo lo dediqué a responder a las diez dudas más frecuentes de mis lectores habituales suscritos a mi lista de correo.
Y aquí acaba este artículo sobre lo que más me ha motivado durante toda mi vida de inversor inmobiliario, la LIBERTAD FINANCIERA.
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