
Basta hacer una búsqueda en torno al término “idea de negocio” para comprobar que todo lo que se ha publicado en internet gira en torno a la venta de productos y servicios innovadores.
Definición de idea de negocio: La idea de negocio es, básicamente, el servicio o producto que se quiere ofrecer, la forma en que se conseguirán los clientes y cómo se espera recibir ganancias de esta.
Es decir, que el concepto de idea de negocio se refiere al producto o servicio que queremos ofrecer al mercado, el medio para atraer a la clientela y el beneficio que nos va a proporcionar la venta.
El éxito o fracaso de la idea de negocio así entendida va a depender, por lo tanto, de lo novedoso que sea el producto o servicio que se vaya a vender y de la demanda que tenga entre sus potenciales consumidores.
O sea, que visto así, una idea de negocio exitosa depende de factores externos.
Sin embargo mi “idea de negocio” es muy diferente y no tiene nada que ver con productos o servicios. Según mi experiencia, el mejor negocio del mundo, el que mejor encaja con la gente como yo, no es aquél en el que el éxito estriba en vender más y mejor que la competencia o en encontrar ese producto innovador y exitoso cuya comercialización en exclusiva o en primicia nos va a hacer de oro.
No, nada de eso.
Mi idea de negocio no tiene nada que ver con vender nada.
Mi idea de negocio tiene que ver con comprar.
Es lo que a mi me mola: comprar, comprar y comprar
El negocio perfecto es saber cómo comprar a mitad de precio.
Si nos damos unas vueltas por internet buscando ideas de negocio nos encontraremos con que las que lo están petando son las siguientes:
Asistente virtual – Comercio electrónico vía marketplace – Community Manager – Social Media Influencer – Blogger – Escritor de eBooks – Redactor de contenidos freelance – Diseñador web – Diseño gráfico – Desarrollador software – Desarrollador de apps – Fotógrafo de eventos – Fotógrafo de archivo – Consultor de negocios – Coach – Speaker o conferenciante – Contable – Gestor de impuestos – Marketing de afiliación – Podcaster – Organización de eventos – Cafetería ambulante – Asistente personal – Youtuber – Diseño de camisetas – Diseño de joyas – Cuidado de niños – Jabones artesanos – Paseador de perros – Lava coches – Mecánico de bicicletas – Ayuda al empleo – Hacedor de recados – Cuidado de parques y jardines – Venta productos ecológicos – Organizador de viajes para otros – Traductor – Organizador de eventos – Animador de fiestas – Personal trainer – Instructor de yoga – Masajista – Intermediario de clientes – Day Trading – Encuestador – Agente inmobiliario – Catering móvil – guía de excursiones en grupo – Agente de relaciones públicas – Analítica de datos – Consultor SEO – Clases online de idiomas – marketing de afiliación – Copywriter – Food Truck , etc.
Y alucinantemente no he encontrado a nadie que opine como yo, que la mejor idea de negocio es la de aquel negocio que nos permita comprar a mitad de precio productos de primera necesidad y alta demanda.
Y sí, claro que me estoy refiriendo a las subastas judiciales, por supuesto.
Porque, ¿estamos buscando una idea de negocio innovador o una idea de negocio rentable?
Cada modelo de negocio tiene sus ventajas y sus inconvenientes, y no todos los negocios son igual de adecuados para cualquiera.
Unos negocios tienen mayor potencial, pero también exigen más trabajo. Es decir, que si te matas a trabajar puede que te hagas rico. En ese sentido yo siempre he pensado que un negocio que te obliga a levantarte antes de las ocho de la mañana no es un negocio sino un trabajo.
Y lo que estamos buscando no es un trabajo sino un negocio.
Es decir, que trabajen otros.
O que trabaje nuestro dinero.
Soy Héctor Arderíus, pero todos me conocen como Tristán el Subastero.

Algunos negocios te obligan a dar la cara al publico. Es decir que necesitan una cara visible. Por ejemplo, cuando me propuse desarrollar un curso de subastas supe que eso me obligaría a perder el anonimato del que hasta entonces había gozado.
Porque evidentemente nadie puede vender un producto de gran calidad si no muestra su cara a sus clientes.
Por el contrario, otros negocios, como el de las subastas, te permiten hacer buenas inversiones desde el anonimato, sin que nadie llegue a enterarse nunca de a qué te dedicas. Si lo deseas ni siquiera tu entorno familiar tiene por qué enterarse de tus actividades.
Algunas ideas de negocio tienen un mayor riesgo financiero, por ejemplo el “Day Trading”, que está incluido en la lista de arriba. Me refiero a riesgos objetivos que están fuera del control del trader y que pueden llevarle a la ruina.
Por el contrario, el negocio de las subastas judiciales no tiene peligros objetivos. Si te pasa algo chungo en alguna inversión siempre será porque la has cagado tú mismo. Por lo tanto los peligros siempre será subjetivos, y por lo tanto evitables.
Sin embargo el negocio de las subastas judiciales sí tiene una pequeña barrera de entrada: son necesarios unos conocimientos sin los cuales puedes meter la pata de forma catastrófica.
Yo siempre he dicho que el negocio de las subastas es muy sencillo, basta tener muy claros cuatro o cinco conceptos y disponer de altas dosis de sentido común. Si dominas esos pocos conceptos y tienes sentido común tienes vía libre para triunfar en las subastas.
ÉXITO = CONOCIMIENTOS + SENTIDO COMÚN
Esta es la fórmula para triunfar en el negocio de las subastas judiciales.
Motivo por el que considero que las subastas judiciales son el negocio más sencillo y más rentable de todos los negocios posibles.
Por esto insisto en que la mejor idea de negocio es la que tuve a principios de los años noventa, cuando era tercer oficial de cubierta de barcos mercantes y me preguntaba qué podía hacer para dejar la mar y quedarme en dique seco.
Estoy súper agradecido por la vida que he tenido.
Gracias al negocio de las subastas judiciales he podido alcanzar la libertad financiera, sin matarme a trabajar, sin un jefe al que dar explicaciones y eligiendo mi propio horario de trabajo.
Sí, puedo decir tranquilamente que he alcanzado la libertad financiera y dispongo de unos ingresos pasivos que me permitirían retirarme y disfrutar de la vida.
Pero… ¿acaso no lo hago ya?
Porque además de ser una idea de negocio muy sencillo y de haberme conducido a la libertad financiera, el negocio de las subastas judiciales me ha traído aquí trabajando poco y cómodamente.
Sí, el negocio de las subastas judiciales me ha convertido en multimillonario en tiempo libre.
Y actualmente, además, se trata de un negocio mágico que se puede llevar directamente desde casa, o incluso de forma deslocalizada, desde una playa mediterránea, sin horario laboral ni oficina, simplemente utilizando un ordenador portátil y una conexión a internet.

Cierro los ojos y durante 5 minutos me imagino cómo deseo que sea mi vida dentro de 5 años. ¿Dónde vivo? ¿A qué negocio me dedico? ¿de dónde provienen mis ingresos? ¿Qué hago cotidianamente? ¿En qué gasto mi tiempo?
Y por más vueltas que le doy no puedo imaginarme una vida diferente de la que ya tengo.
Por eso me pregunto cómo es posible que el negocio de las subastas no esté en ninguna de las listas de ideas de negocio que he visto por internet, siendo como es la mejor idea de negocio que nadie haya tenido jamás.
Y recuerda, si no trabajas en tus sueños, alguien va a contratarte para que trabajes en los suyos.
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