Pujar en sobre cerrado en una subasta judicial no solo es una payasada sino que además es una lamentable pérdida de tiempo y de dinero.
Y sin embargo es la primera opción y la que prefieren todos los novatos recién llegados a este negocio, incluido yo mismo cuando hice mi primera incursión profesional en otoño de 1991. Naturalmente, el motivo no es otro que el miedo a enfrentarse cara a cara a los «temibles» subasteros.
Aunque en mi caso no fue tanto el miedo a los subasteros como que fui de listo y creí erróneamente que podría ser más astuto que ellos, de forma que si ellos pactaban (era 1991) comprar a un precio muy muy barato, a mi me bastaría con ofrecer en el sobre cerrado una cifra un par de millones (de pesetas) por encima del tipo de subasta para hacerme con el premio.
Naturalmente no sucedió así, sino que lo que ocurrió fue exactamente lo mismo que esta misma semana le ha ocurrido a otro novato en la misma situación.
Al contrario que en las subastas de la Seguridad Social, en las que los sobres se abren cuando acaban las pujas a viva voz y tras su apertura no se permite que nadie puje por encima de las ofertas de los sobres si éstas han sido superiores a las anteriores, en las subastas judiciales las primeras en leerse son siempre las pujas contenidas en los sobres cerrados y luego esas pujas pueden ser superadas por cualquiera que así lo desee.
De forma que en la subasta de esta semana en la que estábamos solos la parte actora y yo, me ha bastado ofrecer diez euros por encima del novato del sobre para hacerme con el premio.
¡¡Pobre primo!!
No me quejo. Al contrario, para mi ha sido una alegría que el único competidor que podría haberme disputado la inversión haya resultado ser un tímido novato escondido tras un sobre.
Sin embargo hace un par de semanas sí me quejé amargamente cuando en una situación parecida, estando también solo con la parte actora y teniendo prácticamente asegurada la adjudicación pues el procurador me había chivado que no iba a pasar de ciento ochenta mil euros, que resulta que era la cifra máxima que yo estaba dispuesto a ofrecer, al comenzar el acto la secretaria abrió un sobre cerrado con una oferta de doscientos setenta y cinco mil euros y me birlaron la subasta.
En buena lid, no lo niego.
¡¡Pero los muy gilipollas tiraron noventa y cinco mil euros por su cobardía de no acudir en persona a la subasta!!
Si hubieran asistido lo habrían comprado en ciento ochenta y un mil euros.
De ahí el que califique de payasada esconderse detrás de un sobre cerrado en vez de acudir a cara descubierta y pujar de viva voz mirando a los ojos a la competencia.
O sea, que pujar en sobre cerrado hay que circunscribirlo al ámbito en el que pueden ser realmente eficaces como un elemento de nuestra estrategia, por ejemplo en las subastas de la Seguridad Social, pero que en las subastas judiciales no son más que una pérdida de tiempo y de dinero.
Soy Héctor Arderíus, pero todos me conocen como Tristán el Subastero.
Cierto es que es una payasada, pero cuando se trata de ofertas en Concurso de Acreedores, siempre me aseguro que la oferta final, en caso de no ser el adjudicatario, sea siempre superior a la que le puse en el sobre.
Me ha ocurrido alguna vez que he dejado mi oferta POR ESCRITO en el domicilio del administrador concursal y al final nunca he sabido cual ha sido la oferta por la que se ha adjudicado el bien. Eso no me ha vuelto a pasar desde que hago mis ofertas por escrito, las presento en el decanato y los sobres se abren en sede judicial, aunque es cierto que tengo pendiente 2 reclamaciones recientes de 2 inmuebles adjudicados en sendos concursos sin que se haya contado con mis ofertas y por consiguiente no se el precio de adjudicación, pero eso estoy a la espera de que me den una explicación que he solicitado desde el juzgado de lo mercantil.
Desde luego, si hay subastas sospechosas son esas que mencionas.
Tres años preguntándome para qué carajos servía la oferta en un sobre, que se abre al principio y queda a la vista y al albedrío de todos.
Gracias por la respuesta.
Esperando con la peor intención, cómo permanecer 26 años en un piso, con el recibo de hipoteca tan bajo.
Saludos
Lo de oferta a sobre cerrado en subastas judiciales solo sirve si haces reserva de postura, pues el que quiere quebrar la subasta ya no es el primero en pujar lo que se le pone mas difícil adjudicárselo.
Tristán, te comente que en la subasta judicial de la semana pasada en la que iba a participar había habido una adjudicación que no se había terminado de formalizar y se había vuelto a subastar. Pues ya se el motivo, fue una puja hecha en sobre cerrado por casi el precio de venta regulado, y por tanto la única puja que hubo, quizás esta persona desconocía el límite de precio de VPO.
Sí, es es una causa bastante probable